Conferència en el Foro Nueva Economía
CONFERENCIA EN EL FORO NUEVA ECONOMIA
Madrid, 9 de septiembre de 2014
Muy buenos días señoras y señores, amigos i amigas,
Quiero agradecer a José Luis Rodríguez, presidente de Nueva Economía Fórum, y a los patrocinadores, ASISA, BT y Red Eléctrica de España, la amable invitación que me permite dirigirme hoy a todos ustedes.
Quiero agradecer también a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, sus palabras de presentación que son una muestra de amistad y de compromiso político.
Aprovecho para decir que, en mi modesta opinión, Pedro Sánchez es quien más está haciendo en estos momentos para intentar resolver el problema de relación entre Cataluña y el resto de España que, junto a la crisis económica y sus efectos, es la cuestión más grave a la que nos enfrentamos como país en los últimos años.
Precisamente por la gravedad del tema, y por la inminencia de la celebración de la Diada nacional de Catalunya y de la convocatoria de una consulta por parte del presidente Mas, voy a centrar mi intervención en esta cuestión.
Sin agotar las razones de fondo que explican las razones del malestar de amplios sectores de la sociedad catalana sobre el que alertaron sin éxito los presidentes Maragall y Montilla, déjenme que recuerde la batalla frontal del PP contra el Estatuto, que llegó por cierto a recoger firmas para pedir un referéndum ilegal. O la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto que, por vez primera y única en nuestra historia democrática, modificó un texto legal que había sido sometido a referéndum de los ciudadanos tras haber cumplido escrupulosamente el trámite parlamentario. O la crisis económica que alimenta la percepción de maltrato fiscal. O, para acabar, la erosión del autogobierno causada por decisiones del Gobierno de España o del partido que lo sustenta, que tampoco ha mostrado mucho talento al abordar cuestiones sensibles como la lengua: han llegado al punto de aprobar una ley para denominar LAPAO (lengua aragonesa propia del área oriental) a las variedades dialectales del catalán noroccidental.
Sobre el delicado tema de las lenguas de España confío que el Seminario “El reconocimiento de la pluralidad lingüística en España” que se celebra hoy mismo en la Fundación Ortega-Marañón aporte claridad y esperanza de cara al futuro.
Créanme que no me refiero a estas cuestiones con afán polémico, pues a estas alturas eso no sirve de mucho. Ni tampoco para ocultar errores que se hayan cometido desde los partidos e instituciones catalanas, pues eso tampoco sirve ya de nada.
El caso es que nos encontramos en vísperas de un conflicto institucional que se producirá inevitablemente cuando el Tribunal Constitucional con toda probabilidad suspenda cautelarmente la convocatoria de una consulta convocada por el gobierno de la Generalitat a partir de la ya inminente aprobación de la Ley de consultas populares no referendarias.
El gobierno de Cataluña se ha comprometido a convocar una consulta el 9 de noviembre con una pregunta acordada con ERC, ICV-EUiA y la CUP que, a mi juicio, ni siquiera cabe en la ley que aprobará el Parlament. Se quiere formular una pregunta propia de un referéndum en el marco de una ley de consultas populares no referendarias. Una Ley que, por cierto, teniendo el aval del Consejo de Garantías Estatutarias, y por eso vamos a votarla, mereció cuatro votos particulares de un organismo formado por nueve personas.
En una situación normal, tras la suspensión cautelar, todo el mundo aceptaría el papel arbitral del Alto Tribunal y esperaría a su resolución definitiva, tanto por lo que se refiere a la ley como a la convocatoria de la consulta. Pero hay partidos en Cataluña que urgen al president Mas a hacer caso omiso de las decisiones del Tribunal. Y espero que sea el propio president quien desdeñe esos envenenados consejos que encierran un peligro que no quiero ni siquiera entrar a considerar.
En todo caso, no podemos desconocer que son muchísimos los catalanes que desean votar, y lo veremos con motivo de la Diada. Y han de saber que muchos catalanes que no nos manifestaremos el 11 de septiembre decimos también que no puede haber solución estable al actual desencuentro que no pase por someterla al voto ciudadano.
Somos muchos quienes no nos resignamos al choque de trenes y reclamamos de los presidentes Rajoy y Mas un diálogo que por lo que parece es hoy totalmente inexistente.
Confío en que el período que se abrirá tras la más que previsible suspensión cautelar de la consulta por parte del Tribunal Constitucional pueda servir para retomar al diálogo entre gobiernos.
Quisiera emplazar a los presidentes Rajoy y Mas al diálogo, que no se atrincheren en sus razones, que no busquen excusas en los errores de la otra parte, que abandonen cálculos partidistas y electorales, que no esperen a que se llegue a un punto sin retorno, que nos ahorren a todos un enfrentamiento sin sentido que a todos perjudicaría.
Estando en Madrid entenderán que me dirija especialmente al presidente Rajoy. Supongo que sigue con atención los preparativos del referéndum escocés, y debe ver como en estos últimos días, y sin duda azuzados por encuestas que apuntan a un resultado incierto, David Cameron, con el apoyo de otros partidos, está proponiendo un nuevo acuerdo a los escoceses, demostrando que no se refugia en el inmovilismo, convencido de que un nuevo pacto es más beneficioso para todos que la secesión.
Los socialistas, para evitar los callejones sin salida, proponemos soluciones concretas al problema, en la senda iniciada por Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro, que ha recibido el renovado impulso de Pedro Sánchez. La propuesta no es otra que una profunda reforma constitucional que sea sometida al voto de todos los españoles y pueda recibir el apoyo mayoritario de los catalanes.
Las propuestas de corte federal ofrecen alternativas al actual desencuentro entre las instituciones catalanas y españolas en un marco que proporciona soluciones a problemas del conjunto del Estado de las Autonomías, aquejado de un exceso de conflictos competenciales, de profundas carencias en materia de cooperación entre las administraciones, de agravios económico-financieros, el fallido papel del Senado como cámara territorial, etc.
Es por ello que de forma muy breve quisiera exponerles los cuatro ejes que a mi juicio deberían vertebrar una propuesta de reforma constitucional federal. Reconocimiento, Reglas, Representación y Recursos.
Primer eje, reconocimiento. La reforma constitucional que conviene a España y a Cataluña, asegurará tanto la unidad del Estado como el reconocimiento de la identidad nacional catalana, de su singularidad en el marco español. Una singularidad que tiene raíces históricas profundas y se manifiesta especialmente en su lengua, su cultura, el derecho civil y las instituciones de autogobierno. Se trata de los derechos históricos ya recogidos en el Estatuto y que, a nuestro juicio, deberían incorporarse también a la Constitución.
Segundo eje, reglas. La reforma constitucional que conviene a España deberá contener reglas claras que delimiten con precisión los espacios competenciales del Estado federal y las Comunidades, permitiendo que éstas puedan desarrollar sin cortapisas las políticas públicas que tienen encomendadas, procurando la máxima proximidad, eficacia y eficiencia, evitando duplicidades e innecesarias interferencias del gobierno federal.
Tercer eje, representación. La reforma constitucional que conviene a España reformará profundamente el Senado, que debería convertirse en un Consejo Federal con presencia de los gobiernos de las Comunidades, para que éstas participen de la política legislativa general, y especialmente en el establecimiento de las normas de cooperación horizontal y de la financiación.
Cuarto y último eje, recursos. La reforma constitucional que conviene a España debería recoger un federalismo fiscal basado en los principios de suficiencia, justicia y solidaridad que, entre otras cosas, asegure un trato económico justo para todos incorporando el principio de ordinalidad, y que, a través del Consorcio Tributario que proponemos, otorgue a las Comunidades que lo requieran, la capacidad de recaudar y gestionar el conjunto de impuestos soportados en sus territorios, asegurando eficacia, transparencia y automatismo en los flujos fiscales entre Comunidades y Estado.
No nos cansaremos de defender esta propuesta, por mucho que algunos, que no proponen nada, digan que es inconcreta. Les invitamos a leer con calma los acuerdos de Granada, lecturas que pueden ampliarse con los importantes documentos elaborados por la Fundación Alfonso Perales o la Fundación Rafael Campalans.
Si se aportan otras ideas, estaremos encantados de estudiarlas, discutirlas y construir también sobre ellas un nuevo acuerdo.
Pero debo insistir en dos elementos que me parecen de difícil refutación: el primero, así no podemos seguir; el segundo, cualquier solución de fondo debe someterse al veredicto ciudadano.
No nos cansaremos de repetirlo, no hay salida al actual atolladero sin diálogo, negociación y pacto. Esa no es la tercera vía. Es la primera. Y, si me apuran, la única.
Quienes piensan que las revelaciones del caso Pujol, una eventual renuncia de Mas o la derrota de CiU en unas elecciones resolverán el problema se equivocan. Tampoco desaparecerá el problema tras anular la consulta que se pretende convocar para el 9 de noviembre. El hartazgo de amplios sectores de la sociedad catalana es grande y sus causas, diversas. Los avatares de tal o cual dirigente o de tal o cual partido pueden entorpecer el proceso pero no harán desaparecer el problema de fondo. En algún caso pueden incluso complicarlo aún más.
Acabo para dar espacio al debate. Los socialistas estamos comprometidos en la vía del diálogo, la negociación y el pacto. Tenemos propuestas concretas que aportar en ese esfuerzo y tras nuestro propio proceso negociador estamos en condiciones de contribuir, PSOE y PSC, a la estabilidad y la inteligencia política necesarias para encontrar las soluciones que mejor sirvan a Cataluña y a España.
Muchas gracias.
Posted on Dimarts 9 Setembre 2014, in Intervencions públiques. Bookmark the permalink. Deixa un comentari.